Mi historia

En 2018 mi vida dio un giro de 180 grados cuando mi madre fue diagnosticada de cáncer. Decidimos apostar por la medicina convencional, pero con el tiempo los tratamientos dejaron de ser efectivos y la salud de mi madre se fue deteriorando rápidamente

Sin embargo, algo dentro de mí me decía que debía haber más. Algo más que investigar, que no debía conformarme.

Así que comencé a adentrarme en el mundo de la espiritualidad buscando respuestas sobre la conexión cuerpo-mente para ayudarla. Juntas comenzamos un despertar espiritual que transformaría nuestras vidas para siempre.

A pesar de todo, mi madre falleció en septiembre de 2020 y yo me sumí en el momento más triste y más oscuro de toda mi vida. Me invadió una profunda tristeza y perdí la fe en la vida y en que cosas buenas pudieran sucederme.

Tras su muerte salieron a la luz muchas heridas no sanadas y me di cuenta de la baja autoestima que tenía y la poca seguridad que tenía en mí misma. Me sentí desamparada y me tocó hacer el trabajo de volver a construirme cimiento a cimiento.

En medio de ese dolor decidí crear esta cuenta, un espacio donde compartir mi camino, mis descubrimientos y mis aprendizajes. Me di un año de excedencia para sanar, para reconstruirme y para trabajar en mí misma.

Tras ese tiempo de introspección decidí regresar a mi trabajo como profesora de primaria y secundaria. Tenía que averiguar si seguía siendo mi lugar, pero al mes supe que ya no había vuelta atrás y que mi camino era por otro lado.

Sin embargo, todavía tenía mucho que sanar y mi autoestima y confianza en mí misma seguía siendo muy frágil. Así que decidí quedarme sabiendo que me estaba preparando para irme con seguridad y certeza.

Los dos años siguientes como profesora me dediqué a seguir trabajando en mí, en mi energía, y formarme en PNL, Reiki, Registros Akashicos, Coaching, Inteligencia emocional,..

Hasta que en junio de este 2024, algo hizo click en mi cabeza y supe que ya estaba preparada, que ya era el momento.

Dejé el trabajo en el cole sin plan B, porque no quería darle a mi mente otra opción que no fuera crear la vida que yo quería.

En estos años he manifestado muchas cosas: amor, salud, dinero, un grupo maravilloso de amigos afines a mí espiritualmente, viajes, personas específicas, experiencias, paz mental....

Pero sobre todo y lo más importante: mi autoestima, mi autoconcepto, mi seguridad en mí misma, mi amor propio y la confianza en que soy capaz de crear la vida que yo quiero.

Por supuesto, esto no ha sido un camino de rosas. Ha sido necesario un trabajo diario y mucho compromiso conmigo misma.

He tenido que poner luz a muchas sombras y ahondar en heridas que escocían. Pero las ganas de querer evolucionar y convertirme cada día en una mejor versión de mí misma siempre han sido y seguirán siendo mayores.